
Durante la temporada de calor, las mascotas, especialmente los perros, corren un alto riesgo de sufrir un golpe de calor, una condición peligrosa que puede causar consecuencias fatales e irreversibles para su salud, como daño cerebral, insuficiencia renal, daño muscular, hemorragias gastrointestinales y problemas en el corazón o los riñones. Este riesgo aumenta en perros mayores, con sobrepeso, con enfermedades respiratorias o cardíacas, y en razas de nariz chata. Por ello, es fundamental que los dueños estén informados sobre las señales que indican un posible golpe de calor: aturdimiento, ansiedad, jadeo excesivo, encías enrojecidas, convulsiones, diarrea, y la negativa del animal a levantarse, entre otras. Ante cualquier sospecha, lo ideal es llevar al perro a una clínica veterinaria de inmediato, aunque también se puede actuar rápidamente bajando su temperatura con paños húmedos (nunca con agua fría), aire fresco y ofreciéndole agua. Para prevenir esta peligrosa condición, se recomienda que los perros siempre tengan agua limpia y fresca, que no sean dejados dentro de autos, que cuenten con sombra si están al aire libre, y que se les pasee en horarios de menor temperatura, evitando el esfuerzo físico excesivo durante los momentos más calurosos del día. Tomar estas precauciones puede salvar la vida de tu mascota.
