
El creciente interés por la medicina natural, impulsado por el respaldo de famosos e influencers, ha llevado a un auge en el uso de plantas medicinales como la ashwagandha (Withania somnifera), conocida por sus propiedades adaptógenas y su uso en la medicina tradicional india desde hace miles de años. Esta planta ha demostrado ser eficaz para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la calidad del sueño, además de poseer efectos antiinflamatorios y estimulantes del sistema inmunológico. Se cree que actúa regulando la respuesta del organismo al estrés y reduciendo la inflamación mediante compuestos bioactivos como alcaloides y lactonas. Ensayos clínicos han respaldado su uso en el tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos, enfermedades inflamatorias y problemas cognitivos. Su consumo puede realizarse en diferentes formas, siendo las cápsulas y el polvo las más comunes, y se recomienda tomarla según las necesidades personales: por la mañana para aumentar la energía y la concentración, por la tarde para mantener el equilibrio físico y mental, y por la noche para favorecer un descanso reparador. Aunque su uso se considera seguro durante un máximo de tres meses, no se recomienda en embarazadas, mujeres en periodo de lactancia ni en personas con cáncer de próstata.
