
Terminar una relación nunca es fácil, y hacerlo cerca del Día de San Valentín puede parecer aún más complicado debido a la carga emocional y social que conlleva esta festividad. Según Kiana Shelton, terapeuta de Mindpath Health, y el Dr. Morgan Cope, psicólogo del Centre College, muchas parejas eligen esta época para separarse, ya sea porque sienten la presión de demostrar afecto cuando la relación ya no funciona o porque están reevaluando su futuro juntos.
Romper antes de San Valentín, aunque pueda parecer insensible, evita generar falsas expectativas y malentendidos. Permanecer en una relación solo por la festividad puede ser emocionalmente agotador y llevar a una celebración forzada. Cope señala que retrasar lo inevitable solo añade más confusión y potencial resentimiento. En cambio, tomar la decisión con honestidad y claridad permite a ambas partes procesar la ruptura y reorganizar sus planes para el día.
Por otro lado, Shelton sugiere que esperar hasta después de San Valentín puede ser beneficioso si la persona aún tiene dudas sobre la relación. Sin la presión de la festividad, es posible evaluar los sentimientos con mayor claridad. Además, algunas personas pueden aprovechar la ocasión para dar una última oportunidad a la relación y ver si vale la pena continuar.
Independientemente del momento elegido, los expertos aconsejan afrontar la ruptura con empatía, expresando los sentimientos con sinceridad y sin culpar a la otra persona. Reconocer la importancia del tiempo compartido y enfocarse en el crecimiento personal puede hacer que el proceso sea menos doloroso para ambos.
